Ministro del Interior comparó el “exceso policial” con la “mala praxis médica”

Ministro del Interior comparó el “exceso policial” con la “mala praxis médica”

Jorge Larrañaga está llevando a cabo reformas de fondo en el ambiente de la seguridad ciudadana.

El ministro del Interior Jorge Larrañaga comparó con una “mala praxis médica” la posibilidad de “exceso” y “error” al que está expuesta la Policía por el uso de la fuerza.

En entrevista con Búsqueda, contó detalles del operativo llevado a cabo por la Policía de Soriano, que allanó por error una casa en la localidad de Cardona. Según contó la víctima del incidente, se despertó con uniformados apuntándole con armas como si se tratara de un peligroso delincuente.

Larrañaga analizó el caso: “El jefe de Policía le pidió disculpas al jefe de hogar, compró una puerta y mandó a reparar los daños. Pasa, sucede, ¿va a dejar de ir al médico, a un abogado por eso?. A veces se va a realizar un allanamiento con la dirección “casa verde, sin número, esquina tanto y tanto. 2625 Bis, y resulta que el 2625 voló. Eso en la jerga forense pasa en todos los países del mundo. El jefe de Policía pidió disculpas y se solucionó la situación. ¿Qué relevancia criminal tiene este caso?”

El secretario de Estado aclaró que “no promovemos la violencia” ni el “abuso”. Se busca, agregó, las buenas prácticas policiales.

“No siempre fue así. Durante mucho tiempo hubo desconfianza y falta de apoyo a la Policía Nacional y ese, junto a otros motivos, desencadenó un incremento criminal.

Larrañaga dijo que en la baja en de los delitos -según el reciente informe del Observatorio de Criminalidad del Ministerio del Interior- no influyó la pandemia por el Covid-19.

“¿Quién piensa que la delincuencia paró durante la cuarentena? ¿Cuánto paro?”, se preguntó el ministro y señaló que es la mayor reducción de los guarismos delictivos en una década.

La nueva administración viene llevando a cabo cambios a todos los niveles en la Policía Nacional.

Un informe -también publicado por Búsqueda- señala que 49% de los 171 personas asesinadas en el primer semestre tenía antecedentes penales.

Muchas de estas muertes están relacionadas a las luchas internas del crimen organizado. Durante la gestión del ministro frenteamplista Eduardo Bonomi estos delitos comúnmente llamados “ajustes de cuenta”.

Desde que asumió la Larrañaga se ha intentado cambiar la jerga, hecho que denota también cambios en el enfoque. Por ejemplo, estos homicidios son parte del conflicto “intercriminal”.

LA ESCUELA GUARTECHE

Los cambios de nomenclatura también han dado paso a traslados, cesaciones y licencias obligatorias para muchos jerarcas policiales de la era Bonomi, marcada fundamentalmente por el modelo de Policía establecida por el fallecido Julio Guarteche, a cuyo cargo estuvo la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas, puesto desde el cual dio el salto a a la Dirección Nacional de Policía.

Guarteche formó a una generación de policías que ahora parecen estar perdiendo pie en el nuevo organigrama de Larrañaga. El último en pasar a retiro fue Carlos Noria, encargado de la lucha contra el narcotráfico,

El nuevo gobierno no solo cambió jerarca, sino también estrategia, ahora centrada también en la lucha contra la venta de drogas al menudeo.

Aparte de Noria, ya había cesado en funciones a Mario Layera y a Willians García, también discipulos de Guarteche. En el caso de Layera fue su sucesor natural, primero en la brigada antidrogas y luego en la Dirección Nacional de Policía.

Otros policías que ya no están más en primera fila se nombra en el informe de Búsqueda a Robert Tarocco -subjefe de Montevideo- y a Julio Sena, exdirector de la Dirección de Lucha contra el Crimen Organizado.

También se fueron Alfredo Clavijo -principal de la Guardia Republicana- y Ana Sosa, exdirectora del Centro de Comando Unificado, con trayectoria al lado de Guarteche primero y Layera después.

Sosa y Clavijo trabajan ahora en comisión en la intendencia de Montevideo, a pedido de Christian Di Candia. Lo asesoran en temas de monitoreo y control.

El cambio de ciclo también pone incertidumbre sobre la Unidad Táctica de Negociadores de la Policía Nacional. Según fuentes de la repartición se encuentra “inoperante”. Su director Washington Pereyra se encuentra con licencia obligatoria.

Para los seguidores de la “escuela Guarteche” fue simbólico el incidente con la placa en homenaje a Víctor Castiglioni, ex director de Inteligencia entre 1971 y 1982, cuya trayectoria está ahora bajo cuestión por denuncias de delitos de lesa humanidad.

El salón de actos de la Dirección de Inteligencia llevaba el nombre de Guarteche desde 2016 por decisión de Bonomi, pero en los últimos días la nueva dirección policial decidió rebautizarla con el nombre de Castiglioni. Aunque no fue consultado, Larrañaga apoyó en principio la idea, pero luego dio marcha atrás a pedido del presidente Lacalle Pou y exigió que la placa fuera retirada.

En estos nuevos planteamientos y esquemas ha influido Diego Fernández, nuevo director de la Policía Nacional.

Fernández fue jefe de Policía de Montevideo y trabajó estrechamente bajo las órdenes Guarteche entre 2011 y 2013.

Pero según recuerda el semanario irregularidades en las zonas operativas 2 y 3 y en las seccionales 14 y 15 lo llevaron a renunciar.

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