Con una inversión de varios miles de dólares en la zona de Villa Constitución, la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), se encuentra abocada a un proyecto de desarrollo de acuicultura en ese caudal hídrico. Se trata de un interesante proyecto que tiene como objeto la implementación o explotación de granjas ubicadas en agua dulce.
En tal sentido, la delegada uruguaya ante el organismo binacional, María Eugenia Almirón, que ha estado trabajando en este proyecto, informó al respecto.
Almirón, señaló que el desarrollo de la acuicultura plantea desafíos que incluyen diversas temáticas que abarcan desde el conocimiento de los organismos acuáticos, objeto del cultivo; el desarrollo tecnológico y todos los aspectos relacionados con la bioseguridad, que comprende la sanidad de los peces e inocuidad del producto, de manera de garantizar la aptitud para consumo humano.
«De acuerdo con consideraciones de la FAO y la OMC, el desarrollo de la producción e industria ictícola presenta algunos desafíos, pero también ventajas comparativas y oportunidades, que, si son correctamente diseñadas y controladas en nuestro país, puede transformarse en una industria sostenible que pueda establecer un nuevo bien primario para su exportación, o bien con el agregado de avalar que significa nuevos puestos de trabajo para nuestra gente», aifrmó María Eugenia Almirón.
Del cumplimiento de algunos requisitos de orden sanitario, se podrá lograr un comercio internacional armónico. La producción primaria del país históricamente se ha basado en actividades ganaderas y agropecuarias por lo que plantear la inclusión de una modalidad productiva diferente, que permite identificar aspectos sociales, productivos y medioambientales sobre los cuales se vería reflejada su influencia, es además importante.
En tal sentido esto trae aparejado la reconversión productiva de los pescadores artesanales o de su familia, que en determinados momentos del año se encuentran impedidos de desarrollar su actividad en virtud de vedas de pesca, como así también, orientados a emprendimientos a través de cooperativas y organizaciones sociales ya que la misma no se aplica para los emprendimientos de pesca deportiva que hoy se encuentran funcionando.
Prevé además la creación de nuevos emprendimientos a través de inversiones de emprendedores privados. El objetivo general es el de promover a escala piloto la producción de peces de agua dulce para consumo humano a través de la generación de pequeños núcleos productivos de manera de contribuir al progreso de las economías locales y a la seguridad alimentaria.
El área de influencia abarcaría la región litoral de Uruguay, Villa Constitución, Pueblo Belén y Bella Unión. De allí se podría extender en emprendimientos en el bajo Uruguay, en el entendido que se trata de promover e incentivar una actividad productiva no tradicional, se plantea su ejecución durante al menos un periodo de 3 años.
Este programa de desarrollo social y productivo se financia con fondos del Programa de Responsabilidad Social Institucional de CARU y la capacitación de los recursos humanos se realizará en forma coordinada entre la DINARA y la Secretaría Técnica. Está clara la conveniencia de avanzar hacia un manejo de otros recursos y ecosistemas que no sean los costeros y oceánicos del país, la diversificación y orientación de la producción que incorporen mayor valor agregado.
Promover la participación ciudadana con el fin de promover la descentralización en materia de producción e industrialización de recursos ictícolas, trasladando las mismas, al interior del país.