Suele ser más fácil lograr consensos sobre la necesidad de reformas que sobre el detalle de la reforma a aplicar.
Hace mucho que en Uruguay la gente piensa que la educación necesita cambios. A mediados del año pasado, el 51% consideraba que era urgente reformar la educación y otro 31% que era necesario. En conjunto, más de 8 de cada 10 personas opinaban que el sistema educativo no estaba funcionando adecuadamente. El gobierno anunció que implementaría una transformación educativa, que comienza a regir a partir del inicio de este año.
Sin embargo, suele ser más fácil lograr consensos sobre la necesidad de reformas que sobre el detalle de la reforma a aplicar. En los días previos al comienzo del año lectivo, el 39% de los adultos estaba de acuerdo con los cambios que se iban a implementar en la educación y el 43% estaba en desacuerdo. Casi uno de cada cinco no tenía opinión formada. Si se analiza la evolución de la opinión desde octubre pasado, cuando el gobierno recién había esbozado la reforma que iba a implementar, se observa una continuidad y dos cambios: la continuidad es que permanece casi idéntica la proporción que está de acuerdo con la reforma (40% entonces, 39% ahora). Pero se reduce la mayoría relativa que está en contra, de 47 a 43%, y aumenta la gente que no tiene opinión, de 13 a 18%.
Esto sugiere que después de cuatro meses de exposiciones y planteos a favor y en contra de la reforma, el gobierno no ha logrado convencer a más gente de que su plan es bueno, pero sí parece haber logrado que algunos de los que tienen reparos hayan decidido “esperar a ver cómo funciona” antes de expresar un juicio definitivo.
¿Quiénes están a favor y quiénes en contra? En la capital y entre las mujeres la mayoría absoluta está en contra, mientras que en el resto del país y entre los hombres una leve mayoría está a favor y son más los que están a la espera de cómo se implementará. El apoyo a los cambios es mayor entre las personas con menos educación formal, mientras que los críticos aumentan a medida que aumenta la educación, y la mitad de las personas con formación terciaria está en contra.
Y como casi siempre que se evalúan políticas públicas, las opiniones se dividen por tiendas partidarias. Entre quienes votaron a la oposición, la mitad está en desacuerdo con los cambios que implementó el gobierno y sólo un tercio está de acuerdo. Entre quienes votaron a la Coalición, una mayoría relativa está a favor (43 a 36%). Entre los que no estaban en edad de votar en 2019 y los que no dicen (o no recuerdan) a quién votaron, las opiniones están muy divididas.
En síntesis, justo antes de que los escolares y liceales empezaran las clases, los adultos estaban divididos sobre el nuevo plan. El esfuerzo de las autoridades de informar sobre las ventajas de los cambios que iban a implementar parece haber tenido un efecto leve, decidiendo a una minoría a esperar antes de criticar, pero no logró convencer a más adultos de que efectivamente son cambios positivos. Por tanto, la evolución de estas opiniones en los próximos meses dependerá de cómo la población evalúe la puesta en práctica de esos cambios, y cuánto beneficia (o no) a los estudiantes en su trayectoria educativa.
Esta nota presenta los resultados de una encuesta nacional telefónica (a teléfonos fijos y celulares) de CIFRA en todo el país: 1007 entrevistados entre los días 15 y 27 de febrero de 2023.
www.teledoce.com – Foto: FocoUy