Desde el lunes, los aislamientos y las pruebas ya no se recomiendan a las personas con síntomas leves. ¿Tengo que ir a trabajar? ¿Cómo sabremos si suben o bajan los contagios?
La forma de actuar frente a la covid da un giro radical desde el lunes. Después de más de dos años en los que, ante cualquier síntoma, había que hacerse una prueba y aislarse en caso de dar positivo, las reglas cambian: ahora las personas leves o asintomáticas no tendrán ni que someterse a un test ni, por lo tanto, recluirse. La vigilancia se focaliza en personas mayores de 60 años, las que padezcan con patologías que las hagan más vulnerables o en centros sanitarios y sociosanitarios. Estas son las nuevas normas y recomendaciones:
¿Qué hago si tengo síntomas de covid?
Las personas sanas menores de 60 años tienen que actuar de modo similar a como lo hacen con un catarro o una gripe. Si tienen síntomas leves, pueden hacer vida normal, aunque es recomendable que reduzcan los contactos sociales, especialmente con personas vulnerables, y que mantengan el uso de la mascarilla en todo momento. Para los mayores de 60, quienes padezcan alguna inmunodeficiencia o cualquier patología que les haga especialmente vulnerables, las mujeres embarazadas y los residentes en centros sociosanitarios, la recomendación es consultar al médico para recibir un diagnóstico, incluso con síntomas leves.
¿Y si los síntomas empeoran?
Como con cualquier otra enfermedad, ir al médico, que será el que decidirá cómo proceder.
¿Puedo ir a trabajar con síntomas? ¿Tengo que comunicar el positivo a la empresa?
Si los síntomas son leves no habrá positivo, porque no será necesaria prueba. El Ministerio de Sanidad recomienda que en caso de síntomas, en la medida de lo posible, se teletrabaje. Pero si no se puede y el médico no ha dado una baja, se tendrá que ir a trabajar. Una vez más, manteniendo la mascarilla, que sigue siendo obligatoria en interiores.
¿Cómo sabremos si suben o bajan los contagios?
Como los casos dejan de contarse de forma exhaustiva, ya no habrá un indicador exacto de incidencia acumulada como el que lleva en vigor casi dos años. Ahora las autoridades sanitarias se guiarán por indicadores indirectos, como la ocupación hospitalaria o los casos en personas mayores, que pueden dar una idea de la transmisión general.
¿Se seguirán vigilando nuevas variantes?
Sí, se seguirá secuenciando un porcentaje de los casos positivos para detectar nuevas variantes. Si aparece alguna que suponga un mayor riesgo o una mayor letalidad, las autoridades sanitarias decidirán si vuelven los aislamientos y las cuarentenas.
¿Hay otros países que hayan dado este paso?
En nuestro entorno, el Reino Unido es el único gran país que ha abandonado por completo el aislamiento de personas con síntomas leves. Incluso Dinamarca, uno de los que han adoptado medidas más laxas durante la pandemia, mantiene cuatro días de aislamiento en caso de presentar síntomas.
¿Por qué se ha decidido ahora?
Sanidad argumenta que se ha superado la “fase aguda de la pandemia”. Con más del 90% de la población mayor de 12 años vacunada y una letalidad muy inferior a la de las primeras olas, los técnicos han decidido dar este paso, que naturaliza la convivencia con el coronavirus. Todos los recursos destinados a la covid se detraen de la atención de otras enfermedades, así que esta decisión sirve para liberar a los sistemas de salud pública y a la atención primaria, muy sobrecargados.
¿Hay consenso entre los expertos?
No. La decisión es fruto de un intenso debate entre los técnicos de Sanidad y las comunidades autónomas, algunos de los cuales mantienen reservas con respecto a esta nueva estrategia. Nadie está seguro de cómo saldrá. La medida ha sido consensuada entre las administraciones, pero fuera del ámbito de decisión, muchos expertos en salud pública ven prematura esta relajación de medidas en un contexto en el que se ha estancado la caída de casos en España y está subiendo en muchos países de Europa.
¿Este paso tiene vuelta atrás?
Sí. Uno de los requisitos para la transición que se ha realizado es que los indicadores hospitalarios estén en riesgo bajo (menos de un 5% de ocupación de pacientes covid en planta y un 10% en la UCI), y una tendencia descendente después de al menos dos semanas en las comunidades autónomas que supongan al menos el 80% de la población española. Si los indicadores suben de estos parámetros, se podrá volver a los aislamientos de los infectados.
¿Será la forma definitiva de medir la covid?
No, ahora entramos en un proceso de transición. Estará en vigor alrededor de un año, el tiempo que Sanidad y las comunidades han acordado para pasar al sistema definitivo: una red de vigilancia centinela que funcionará igual que la de la gripe. En ella, una selección de médicos de primaria con pacientes estadísticamente representativos de la población española son los únicos que reportan los diagnósticos. Esos datos se extrapolan y se calcula cuántas infecciones hay realmente. Y lo mismo sucede en los hospitales para hacer la estimación de los casos graves.
Y las mascarillas, ¿para cuándo?
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha dicho esta semana en el Congreso que se está estudiando “cómo y cuándo” retirar las mascarillas de interiores. Los técnicos están ya barajando fórmulas, que probablemente no pasen por una retirada simultánea en todos los ámbitos. Otros países las han mantenido en lugares como transportes públicos y centros sanitarios.
Diario El Pais – PABLO LINDE