Se habla de que el campo produce la riqueza del país y tal vez es verdad , pero no menos verdad que son los peludos que van a laburar todos los días los que le meten en lomo a la producción.
Costó reglamentar la ley de ocho horas para los rurales, cien años después de que se aprobará para la industria y demás ramas, esto ocurrió por la pata en la rueda que los grandes propietarios pusieron para que no se reconociera un derecho que debería ser para todos,pero pensando en que los márgenes de ganancia no se vieran afectados lograron frenar la ley, con la complicidad de gobiernos y legisladores.
Queda mucho por hacer, todavía el campo uruguayo mantiene vestigios feudales, con peones que son apaleados, que viven en la miseria cobrando salarios que no les alcanza para comer , muriendo en los arroyos para salvar el ganado del patrón, dejando sus familias desamparadas.
Muchos hoy en vez de festejar su día estarán trabajando y cobrando horas simples, sin que “Un solo Uruguay” salga a reclamar por ellos, porque el peludo no es parte de las consignas y cuando se piensan las políticas sociales, no se piensa en el cosechero de naranja que se descadera arrancando la fruta en el árbol, no se piensa en quienes agachan el lomo en los surcos, en el que se expone a las adversidades del tiempo dejando las horas de su vida para incrementar la riqueza de aquel que no le reconoce sus derechos, el que se hincha el pecho diciendo que es el promotor de las riquezas pero da migajas al laburante.
Salu compañeros rurales
La lucha continua, por mejores leyes , por el cumplimiento de las existentes, por más controles de las inspecciones para que se atropellen sus derechos .
José Buslón