Hay importante confusión en la población respecto del llamado “plebiscito de la Seguridad Social”. No todos sabemos de qué se trata. Aun aquellos que entendemos que se procura cambiar la Constitución de la República (artículo 67), incluyendo normas específicas para la jubilación de las personas, no captamos claramente costos y beneficios. No es sencillo (imposible para quienes no somos técnicos), comprender que existe una ley (20.130) que cambió mucho el sistema, subió la edad de jubilación, modificó porcentajes, obligó a todos a aportar a las AFAPs, etc, que se trata de frenar. Esta norma es el elemento clave de lo demás: es mala y perjudica a los trabajadores, obligando a trabajar más años, y posiblemente ganar menos. A esto debe agregarse que, para ir contra esa ley, la papeleta plebiscitaria propone cambiar nada menos que la Constitución. No se trata de una solución directa, como sería plebiscitar la derogación de la ley que en este caso no es posible; es un freno indirecto y más amplio; incluye cambios constitucionales que van más allá de la ley 20130.
Es laberíntico el proceso de razonamiento para tratar de entender este plebiscito. No lo juzgo, sólo trato de explicar porqué casi la mitad de los encuestados han dicho que no lo conocen. Esta situación ha llevado a que se instara a votarlo o no, con algunos argumentos muy simples, y no siempre didácticos. En las democracias el ejercicio de los derechos es pleno, aunque no lo sea el conocimiento de los temas…
El FRENTE AMPLIO ha tomado una decisión sabia: dejó en libertad de acción a sus votantes; cada frenteamplista decidirá si acompaña o no el plebiscito, conforme a su saber y entender. Claro, volvemos al principio ¿quién sabe y entiende de qué se trata? Seguramente quienes están a favor y quienes en contra de la iniciativa, deberían ser muy esforzados, pacientes y explícitos para que cada frenteamplista tenga elementos informativos para asumir su decisión. “Nos tiran la responsabilidad de decidir ¿por qué no deciden los políticos?” dijo una señora en un programa de televisión. Es atendible, pero criticable. En democracia todos somos dueños del país; lamentablemente en las esferas políticas no ha habido siempre interés de que la población esté bien informada. El público se ha acostumbrado a preguntar ¿qué hago? Y el referente (a veces caudillo) a responder. Este es un caso que no admite simplismos: no es blanco o negro; se trata de decidir qué es lo mejor para el país, por varias generaciones.
En eso el FRENTE AMPLIO ha dado garantías programáticas de cuál es su pensamiento común de fondo y lo ha estampado en su Programa de Gobierno. Ha definido dentro de “las primeras acciones de gobierno”, convocar a un amplio dialogo para acordar una “reforma integral”. Propone revisar todas las cajas jubilatorias, con acceso igualitario. Pauta en su programa generar condiciones para acceder a la jubilación a los sesenta años. Propone sostener la Seguridad Social en tres pilares: Solidario (no contributivo, por cuenta del Estado como es hoy); Reparto inter generacional (contributivo, donde trabajadores y patrones aportan para financiar las prestaciones -BPS-), y de Ahorro (NO LUCRATIVO, auspiciosa propuesta). La mayor fuerza política del país, lo ha escrito en su programa lo que considero un elemento importante en la decisión de los frenteamplistas. No promueve creación o mantenimiento de entidades que cobren del dinero de los trabajadores, pero sí que haya un pilar de ahorro. Todo construido en un ambiente de diálogo social, económico y administrativo.
Respeto a quienes tienen otro pensamiento y lo defienden con transparencia, estén del lado que estén, pero todos debemos cumplir con la obligación ética de informarnos e informar. Los referentes políticos no pueden obrar con simplismo y decir ¨Votá ” o “No votes”. Quienes nos sentimos responsables de nuestros actos, no podemos empujar a otros a asumir posiciones de las que ni nosotros mismos tenemos todos los fundamentos. No se trata de cruzar ironías o agresiones verbales. No importa de qué lado hay más gente. El asunto es que hagamos (y sobre todo aconsejemos hacer) aquello que surja del razonamiento, la fundamentación, el análisis puntual y en perspectiva. A mí la lectura de la ley, la de la papeleta del plebiscito, pero sobre todo el Programa del Frente, me ha dado tranquilidad de conciencia.
Nuestro Espacio Frenteamplista RAICES, lista 133609 de Salto no impone ni aconseja toma de posición; pide que nos informemos y resolvamos; quienes quieran votar tendrán papeleta a disposición, quienes no lo quieran llevarán su lista y punto.
Sin dogmatismos, sin aparatosidad, con respeto y espíritu constructivo, saldrá lo mejor.
Ramón Fonticiella es Maestro, periodista, circunstancialmente y por decisión popular: edil, diputado, senador e intendente de Salto. Siempre militante