Siempre dije que nunca es tarde para estudiar y superarse.
Como testimonio hoy le cuento la historia de mi tocayo, que mañama hace fecha.
A Pablo Díaz se lo llevaron un 21 de setiembre con solo 18 años.
Al momento de su liberación, recibió la advertencia de un jefe militar “No vuelvas a la escuela”.
De allí lo habían sacado a él y a sus compañeros secuestrados en lo que se conoció como la Noche de los Lápices.
Pasaron décadas pero Pablo, que hoy tiene 64 años, logró vencer esa amenaza de la dictadura y dio la última materia que adeudaba de la secundaria.
“Ahora estoy llorando”, escribe Pablo después de salvar Matemáticas en la escuela de La Plata.
Finalmente terminó la escuela secundaria. Algo que no pudieron hacer los compañeros y compañeras de quienes se despidió en diciembre de 1976 en el centro clandestino de detención conocido como Pozo de Banfield.