El hecho de llegar a posiciones del poder gubernamental implica entre otras cosas asumir la toma de decisiones, a veces de carácter antipáticas, otras de urgencia, otras planificadas pero gobernar, gestionar desde entes u ocupar cargos jerárquicos conlleva a decidir, a ejecutar acciones.
Si no se las piensa tomar ¿para qué pedimos el voto? ¿Por qué molesto con propaganda sonora, radio, televisión, folletos que ensucian la ciudad tanto como la cartelería si luego no voy a actuar por miedo al qué dirán?.
El uruguayo comienza, lentamente, a reprochar cada vez más al político de “buena cintura”, al de palabras bonitas, al que alza la voz para dar la imagen de tener conocimiento y eso está bueno porque la política lleva implícito la carga de tomar decisiones.
Decisiones que deberán tomarse no sin antes un análisis de situación, de cálculos de para su ejecución para que por supuesto se la mejor decisión pero que no se debe titubear, no se debe titubear.
Sobre todo en asunto de gran importancia para los uruguayos como la SEGURIDAD. La delincuencia sigue ganando terreno en nuestro país, ya no es casual escuchar de actos de violencia extrema en la capital del país pero ya es mucho más frecuente también en nuestro departamento.
¿Qué hace el Ministerio del Interior? Por el momento no modifica su estrategia. Ni siquiera se respalda el accionar policial desde las jerarquías dejando huérfanos en su lucha contra el delito; la LUC, tan mencionada y famosa, generó las herramientas para que el accionar policial tuviera efectos persuasivos, preventivos y cuando fuera necesario represivo. Sí, represivo, ¿cuál es el miedo a la palabra represión? O dejamos que sigan rapiñando, asesinando, vendiendo drogas frente a escuelas, liceos, UTU, etc.
Desde Tercera Vía las propuestas surgen: apoyo militar para controles nocturnos en puntos “calientes” de cada departamento, supresión del instituto del juicio abreviado en caso de delitos como el homicidio o la rapiña para evitar que las penas “se negocien” y algunos más que esperan pacientes, en un cajón, que se les de trato, que se debata y se consigan soluciones.
Pero hasta que no se salga de la tibieza, del temor al que dirá la oposición si un operativo policial en una zona candente, en una zona narco, deriva en un herido o fallecido, la delincuencia seguirá avanzando en el territorio nacional.
Porque no seamos ingenuos, el Frente Amplio, especialista en desear fracasos, estará atento al desarrollo eventualmente de esa nueva estrategia que solicitamos, siempre defendiendo al delincuente: militaron el no a la baja, militaron que se borren los antecedentes de los menores, militan los derechos del delincuente (que los tienen claro que sí) por sobre el del resto de la ciudadanía y ahí es en donde no compartimos la visión de izquierda.
No seamos tibios en asuntos de importancia nacional, de consecuencias diarias, los que aquejan a los uruguayos todos los días porque lo que fue el talón de Aquiles del Frente Amplio y le permitió a la coalición nacional llegar al gobierno, se dará vuelta y será lo que le pueda permitir al Frente Amplio volver al gobierno.
Es momento de asumir los costos, de no entregar las banderas de la seguridad a quienes tuvieron record de homicidios, record de violencia intercarcelaria, etc.
No seamos tibios para votar. Pensemos, analicemos, votemos a quien nos representa porque en definitiva el político es nuestro representante, quien hace extensivo nuestros pensamientos dentro del organigrama gubernamental.
Dr. Pablo D. Vela
TERCERA VÍA
PARTIDO COLORADO