A menos de un año del comienzo del ciclo electoral que vivimos los uruguayos cada cinco años, el panorama tanto a nivel departamental como nacional se mueve, se desordena y se vuelve a ordenar según las circunstancias, según el tema, según quien se exprese.
A nivel nacional la coalición multicolor de gobierno viene aprobando con éxito en la mayoría de las cuestiones que involucran directamente a la sociedad: el manejo en la pandemia a poco de haber asumido, el manejo de la economía que frente a los problema de un gigante de la región como lo es Argentina se ha mantenido ajeno a graves problemas a nivel de inflación, déficit fiscal, etc., la profunda restructuración como parte de la reforma educativa reencauzando el desastre que dejó la administración frenteamplista, el fuerte posicionamiento a nivel internacional en asuntos claves como MERCOSUR, tratados bilaterales, etc.
También es cierto que existen algunos rubros en el debe: empleo y seguridad parecen ser claves. El empleo o su generación pueden tener en algo, en un poco, la atenuante de la pandemia y en nuestra región la inequidad monetaria con la vecina Argentina. En seguridad no existe argumento que explique porque la modificación del rumbo luego del fallecimiento del Dr. Jorge Larrañaga, virando a un manejo casi idéntico a los fracasos frenteamplistas. Es necesario volver a generar la confianza que tenía la gente al principio del período que vió un Estado presente y activo ante la delincuencia.
Así y todo, la percepción del presidente Lacalle Pou se mantiene dentro de parámetros positivos, con respaldo popular por encima de sus antecesores en los mismos períodos de tiempo pero a no descansar porque la oposición hueca, carente de fundamentos, también tiene los recursos para atraer votos, casi siempre partiendo de una mentira pero que para sus objetivos poco les importa.
En lo departamental, como oposición no nos podemos permitir repetir eso: oponernos por simple ejercicio, todo lo contrario, si queremos el mejor Salto pensemos en el mejor Salto sin perder tiempo en mentiras o medias verdades. Tampoco hace falta, la verdad sea dicha. La orfandad de trabajo de la administración Lima es asombrosa sobre todo si tomamos en cuenta que al decir del equipo económico e la IDS sus números están equilibrados.
Si eso fuera así: ¿por qué no existe una obra de real valía para los salteños, que repercutan en el ciudadano diariamente? ¿Por qué los anuncios que se concretan son la bituminización de dos cuadras, la inauguración de una “placita” con 4 juegos, un puente “colgante” de 5 metros? ¿Por qué el turismo que debería ser el principal ingreso de la IDS hoy sobrevive por los operadores privados y por el apoyo nacional porque la Intendencia es incapaz de generar atracción de turistas? ¿Por qué el incremento de vínculos contractuales con unipersonales con pagos absurdamente y obscenamente bajos para cumplir tareas de la comuna (sin que ADEOMS se exprese al menos tímidamente)?.
Todo pasa porque la Intendencia de Salto no se gestiona, no se planifica y se vive semana a semana sobre lo que se pueda generar pensando en la próxima elección, no gobernando ni atendiendo a los asuntos que indica la ley. “Bicicleteando” la realidad, hablando lindo pero vacío, haciendo lo que dicen que no se debe hacer, prometiendo lo que no pueden cumplir.
Si la coalición departamental (que aún esperamos saber si se comienza a gestar a nivel de partidos no de amigos) permite que algunos actores políticos se manejen de la misma manera: amiguismo, promesas vacías, en definitiva hacer todo lo que criticamos, el futuro no es para nada alentador.
Dr. Pablo D. Vela Gadea
TERCERA VÍA
PARTIDO COLORADO