Pasaron las internas y nos aventuramos, a plantear algunas primeras aproximaciones para entender los mensajes que dan los resultados.
Un hecho notorio que debería llevar a la reflexión a los partidos políticos y que tiene que ver con la baja de la participación, votaron unas cien mil ciudadanos menos que en las anteriores internas. Debería llevar a la reflexión de todo el sistema político.
Seguramente, y deberá ser estudiado más en profundidad por la importancia que reporta para el sistema democrático, tenga mucho que ver que muchos de los actores políticos hablan más de los problemas de los políticos que de los problemas de la gente, que tampoco los encaran ni generan políticas adecuadas para solucionarlos. Podríamos ejemplificar con trabajo y salario, vivienda, educación y ni que hablar seguridad.
Aun en ese escenario, el Frente Amplio tuvo un enorme crecimiento, pasando de 250 a 410 mil votos, lo que lo puso por primera de vez desde el año 2004 como ganador de esta instancia. Esto se repicó en Salto, donde pasó de poco más de 10.000 votos en 2019 a más de 17.000.
Se podrá decir que de todas formas la coalición de gobierno obtuvo más votos que el Frente Amplio, cosa que es cierto, pero con un Partido Nacional que pierde 120.000 votos, (60.000 en el interior) y un Partido Colorado que pierde 80.000 (casi la mitad) respecto a las anteriores internas. Lo mismo ocurre en Salto, donde por un lado el Frente pasó de un tercer puesto con poco más de 10.000 votos y los blancos y colorados pierden 2000 y 7000 votos respectivamente.
Entendemos que las instancias venideras son diferentes, porque ya no solo inciden los presidenciales o las ya definidas fórmulas, sino que también lo hacen los candidatos a Senadores y a Diputados. Seguramente en Salto queramos cambiar la pisada con respecto a la actuación de nuestros Diputados y esto incidirá.
Ser el partido más votado en las internas no significa necesariamente que el Frente Amplio, vaya a ganar la elección, pero, sin dudas, genera un efecto de entusiasmo en la militancia que predispone a pararse de otra forma. Lo mismo que alcanzar la meta de cuatrocientos mil votos que parecía inalcanzable.
A eso se suma la forma de resolución de la fórmula, en la que como dice el politólogo Antonio Caldarello, “se invirtieron los roles, de lo que fue el 2019, un Partido Nacional que hizo todo bien hace 5 años, ahora parece que hubo un proceso de desaprender esa experiencia, contrario a lo que hizo el Frente Amplio, que se preocupó mucho, que fue mencionado por su presidente Fernando Pereira como una preocupación”. Estaría demostrando que el Frente Amplio aprendió de sus propios errores.
Los resultados de Salto, nos hacen pensar a los frenteamplistas que es posible repetir la instancia de 2014 donde logramos dos Diputados e incluso que es posible retener la Intendencia a la Coalición Republicana, lema en que se juntarán los Partidos Nacional, Colorado y Cabildo, para como dicen reiteradamente sus dirigentes ganarle la Intendencia al Frente Amplio, que muchas veces parece ser el único objetivo.
Pero para eso deberá reforzar el trabajo político para seguir construyendo confianza y sumando voluntades y votos empezando por construir los acuerdos necesarios en múltiples aspectos, que van desde las propuestas programáticas hasta las de candidatos.
Un capítulo aparte, que no queremos dejar de lado, tiene que ver con el financiamiento de las campañas, que sigue siendo un debe del sistema político uruguayo. Todos vimos grandes despliegues que son carísimos y que tanto por la propia transparencia, como para blindarnos de algunos riesgos, sería muy sano saber cuánto se gastó y de dónde provienen esos dineros.
Por último, pero para nada menos importante, reconocer y felicitar a toda la ciudadanía por el comportamiento ejemplar; uruguayos y uruguayas y en especial a salteñas y salteños, que a pesar de la manija concurrieron a votar tranquilamente y lo hicieron a conciencia a su leal saber y entender.