Pese a pedido de Pereira, radicales del FA marcan perfil contra la reforma jubilatoria

Pese a pedido de Pereira, radicales del FA marcan perfil contra la reforma jubilatoria
El presidente del Frente Amplio había pedido ante la Mesa Política “no apresurarse a realizar declaraciones” dado que “existen matices dentro” de la fuerza política que “es necesario regular”; también había sugerido dejar el foco a las diferencias internas del oficialismo
Fernando Pereira pasó un mensaje a los frenteamplistas al cierre de la Mesa Política del lunes 25 de julio, la última antes de que ese mismo viernes el propio presidente Luis Lacalle Pou concurriera a la sede de la oposición para presentar el anteproyecto de reforma de la seguridad social.

Pereira les pidió a sus compañeros “no apresurarse a realizar declaraciones”, a sabiendas de que “existen matices dentro del Frente Amplio” respecto a las modificaciones del régimen previsional. “Es necesario regularlos”, sostuvo el exsindicalista, según reconstruyó El Observador.

Pero pese al pedido de su presidente –que apunta además a dejar que la atención se centre en las posibles diferencias dentro de la coalición oficialista–, desde el Frente Amplio y otros actores de la izquierda no demoraron en alzarse las voces contrarias a la propuesta del gobierno.

Los sectores radicales fueron los que primero salieron a marcar su perfil.

En una declaración emitida este lunes, el Partido Comunista reafirmó su postura en favor del “movimiento popular, de defensa de una seguridad social pública, universal, solidaria, sin fines de lucro y sin AFAP”. La colectividad indicó que “promoverá que el FA haga lo que el gobierno no hizo”, siendo “fundamental para un tema tan delicado escuchar a todas las organizaciones y protagonistas vinculados a la seguridad social y recoger sus planteos”.

Pocas horas antes, el secretario general del Partido Socialista, Gonzalo Civila, se expresó a través de Twitter contrario a la reforma. “Producimos tres veces más riqueza que en el ’95 (año previo a la reforma que introdujo el sistema mixto). Sin embargo, dicen que deberíamos trabajar más años y perder ingresos. Desde el ’95 las AFAPs ganaron millones y no resolvieron la sustentabilidad del sistema como se prometió. Pero de esto ni se discute. ¿Es lógico, es justo?”, escribió.

Ya antes de que Lacalle Pou compartiera el texto, e incluso antes del pedido de Pereira, un documento interno del PS escrito por el sindicalista Gerardo Rodríguez advertía sobre las divisiones que imperan en la oposición: “Somos conscientes de que en la propia interna del FA existen posicionamientos que parten del convencimiento que las AFAP llegaron para quedarse, que la reforma jubilatoria es inevitable, que debe incluir aumentos de la edad jubilatoria y reducción de la tasa de reemplazo”, señalaba el texto, refiriéndose sin mencionarlos a los sectores astoristas e inclusive a algunas manifestaciones del expresidente José Mujica.

En ese documento se sostenía que pese a sus convicciones, desde dichas corrientes “se prefiere que el costo político de la reforma lo pague la derecha”.

Divisiones en unos (y en otros)

El presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, es consciente de que su fuerza política no tiene una postura homogénea respecto a las características de la reforma.

Por esa razón, el exsindicalista se ha preocupado por colocar el centro del debate en la otra vereda, preguntándose si este “es un proyecto del presidente o del gobierno”. Este lunes, tras la reunión de una nueva Mesa Política, Pereira volvió a remarcar en esa idea: “¿Por qué los tres partidos de la coalición de gobierno no se han expresado? Es porque todavía no han acordado”, declaró en conferencia de prensa.

Ente los puntos más críticos para la izquierda se incluyen el aumento de la edad jubilatoria a 65 años –que a priori contempla dos excepciones–, la necesidad de mejorar el régimen de ahorro individual y de atacar los beneficios “desproporcionados” del Servicio de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas (conocida como la caja militar) respecto al resto.

Por su parte, entre las divisiones que asoman en la izquierda está por ejemplo la discusión respecto a si se debe buscar el consenso y negociar con el oficialismo, o si marcar una postura contraria posicionándose como alternativa. Consultado en ese mismo sentido el pasado viernes, Pereira respondió que eso “es algo que tendría que resolver la Mesa Política, y no el presidente del FA”.

La coalición de izquierda formó un equipo técnico y político de 25 personas –las mismas que asesoraron durante el funcionamiento de la Comisión de Expertos el año pasado– liderado por el secretario general del Partido Comunista, Juan Castillo. El dirigente repartió este lunes ante el Secretariado Ejecutivo un cronograma de trabajo que incluirá reuniones con el PIT-CNT, organizaciones de jubilados y pensionistas, las distintas cajas del sistema, entre otros.

Castillo dijo a El Observador que ese proceso desembocará en un informe final a la Mesa Política para que “adopte postura frente a un proyecto de la coalición”.

PIT-CNT contra el anteproyecto

Mientras el Frente Amplio avanza en su análisis, el PIT-CNT también se expresó con dureza contra la propuesta del oficialismo.

El presidente de la central sindical, Marcelo Abdala, afirmó este lunes que el texto sobre la mesa “genera una honda preocupación”, y apuntó que “no le hace bien a la democracia” que el mandatario “incumpla su promesa preelectoral” de no aumentar la edad jubilatoria para los trabajadores en actividad.

El dirigente comunista manifestó que la iniciativa tiene un leitmotiv que es reducir y rebajar derechos, beneficios y prestaciones”, en tanto aumenta la edad de jubilación, los años de trabajo y reduce prestaciones “para vastísimos sectores” de la economía. Abdala enfatizó en la postura de la central de suprimir las AFAP para que “se elimine el lucro de un sistema que tiene que estar mucho más vinculado a la solidaridad y las prestaciones sociales”.

La central sindical añadió que “algunos privilegios” del “gran capital y la gran riqueza” tendrían que “achicarse un poco”. “Frente a cualquier cuestión que ataca derechos, aquí va a haber movilización y lucha. Frente a esa perspectiva, el movimiento obrero, a priori, no descarta ninguna de las formas de la acción que sea necesario abordar”, adelantó.

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