Cuatro casos nuevos de COVD-19 se registraron en Rivera ayer, del total de 10 detectados en el país. Hay 45 casos activos actualmente en el departamento (mientras en Santana de Livramento hay 12). 25 de los casos de Rivera corresponden a un foco iniciado en una iglesia evangélica.
Esta mañana, la intendenta de Rivera, Alma Galup, se refirió al origen de este brote en charla con Informativo Sarandí.
“Hay un foco que surgió de una iglesia evangélica, que fue difícil de tratar porque hubo cierta resistencia a aportar los datos de las personas que iban”, comentó. Para lograrlo, “se hizo un trabajo en forma detenida, con persuasión, que va dando sus frutos”, señaló.
Galup aseguró que este foco llevó a la comuna a revisar lo hecho hasta ahora al respecto de las reuniones religiosas. “Existen protocolos que esas iglesias deben cumplir. Pero son letra, si no se cumplen no dan los resultados esperados. Eso se traduce en desbordes y lo que estamos registrando actualmente”, señaló.
La intendente dijo que si bien el foco corresponde a Rivera, el origen se da por el “permanente ir y venir” de las congregaciones religiosas, “en el que las iglesias y creencias se mezclan, se asocian”. “Hay momentos en que se reúnen en Livramento, vienen del interior de Brasil, algunas de nuestras iglesias concurren y se da lo que estamos registrando. El brote proviene de un contacto que hubo en un congreso en Livramento”, dijo.
“Hicimos un llamado a todas las iglesias, a todas las creencias, y va a haber una reunión en el salón de actos de la intendencia (mañana), para tratar de conversar con todos ellos, para que haya un compromiso. Si cada uno pone algo de sí, las cosas van a marchar mejor”, afirmó Galup.
Dijo que se trata de “persuadir antes que sancionar”. “Tenemos que tratar de llegar bien a ellos, porque sabemos que tienen una capacidad de persuasión importante”, señaló en referencia a los líderes religiosos y al porqué no se había cerrado hasta ahora ninguna iglesia.
Consultada sobre por qué cuestan tanto que colaboren, dijo que no quería “herir sensibilidades” pero que en esas iglesias los feligreses sienten que “tienen cierta protección”. Lo dijo en el sentido de no brindar los datos personales pero también -ante la pregunta de Gabriel Pereyra- de que creen que Dios los va a proteger. “Hay una influencia de los pastores, que tratan de proteger a su gente y no se los señale si han dado positivo. Por eso a veces no quieren dejar los nombres”, concluyó.
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