Mientras que el libertario participa de grandes movilizaciones en el interior del país, el ministro de Economía se enfoca en la Provincia de Buenos Aires.
A 4 días del balotaje, Javier Milei y Sergio Massa encaran el tramo final de la campaña con dos estrategias diametralmente opuestas. Por un lado está el libertario, con grandes actos y movilizaciones. Por el otro, el candidato del oficialismo, con “microactos” y enfocado en mantener la institucionalidad.
Tras visitar Mendoza, el líder de La Libertad Avanza pasó en las últimas horas por Rosario, donde demostró su capacidad de atraer la atención de miles de personas. El jueves será el cierre de campaña, en Córdoba. La estrategia de Milei es evidente: reforzar su presencia en distritos favorables, donde ya consiguió buenos resultados y donde cree que tiene todavía más margen para crecer. El objetivo, claro, es mitigar la diferencia que Unión por la Patria sacaría en la Provincia de Buenos Aires.
Muy distinta es la situación de Massa: el ministro de Economía no está repitiendo los grandes actos que hacía Cristina Kirchner (y que ahora intenta llevar adelante Milei). Sus apariciones son puntuales, pequeñas y segmentadas para dar señales vinculadas con la transparencia y la institucionalidad.
El tigrense sigue dando varios pasos en ese sentido: además de destacar el apoyo de Roberto Lavagna y hablar de un gobierno de “unidad nacional” en el debate, Massa ofreció esta semana a la oposición la presidencia de la Oficina Anticorrupción y también anunció la sanción de una nueva ley de ética pública. Si bien se tratan de temas que parecen alejados de la coyuntura, apuntan claramente a conseguir el voto de los indecisos.
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El voto de los indecisos, clave para definir la elección.
Según los números que manejan en ambas sedes de campaña, en este momento todavía hay un 5% de votos en blanco; y hay un 5% de electores que aún no decidieron su voto. Todas las encuestas muestran una distribución similar. En la sede de UxP los identifican como los votantes de Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich o Juan Schiaretti que nunca pensaron en votar a Milei o al kirchnerismo, pero que sí podrían hacerlo por Massa.
El objetivo del ministro, entonces, es seducir a esos votantes desencantados con señales de moderación, transparencia y diálogo para terminar inclinando la balanza a su favor en el balotaje.
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Las pocas apariciones públicas de Massa quedan reservadas para la Provincia de Buenos Aires, el gran bastión histórico del peronismo, donde necesita consolidar su buena performance en las generales.
El único punto en el que coinciden las campañas de ambos rivales es en su aparición ante el círculo rojo durante las jornadas que organizará el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP): Milei habla este miércoles y Massa hará lo propio un día más tarde.
PorAdrián Ventura – tn.com.ar – Foto: AFP
