En entrevista en Argentina, contó que la idea de aplicar el descuento a funcionarios y políticos la tuvo antes de que se desatara la pandemia.
Luis Lacalle Pou continúa con su raid de entrevistas en medios argentinos, iniciados con una nota en TN, con Alfredo Leuco, el martes pasado.
La última entrevista fue realizada por la periodista Viviana Canosa anoche, en El Nueve. Lacalle la hizo desde el piso 11 de la Torre Ejecutiva, tras culminar las reuniones del día.
La charla comenzó en torno a la pandemia y las medidas tomadas por el Gobierno uruguayo. Lacalle contó las presiones que tuvo para que decretara la cuarentena obligatoria, desde gremiales médicas a amigos cercanos o expresidentes.
“Nunca dudé de que no estaba dispuesto a una cuarentena obligatoria. Uno no puede ordenar lo que no puede hacer cumplir. No estaba dispuesto a que muchos uruguayos dejaran de salir si tenían que hacer el peso. Fue una decisión de riesgo, pero era la única forma en que me sentía genuino conmigo mismo”, explicó.
“Uruguay ya venía mal, con un déficit importante, desempleo. Sabíamos que el cerrar generaba perjuicios económicos. ¿Y a quién? A quien no tiene capacidad financiera”, agregó.
“Nosotros tenemos que soñar con un día que no es el primer día de Gobierno. El día que nos importa es el último, el 1º de marzo de 2025, cuando pasan raya. Lo que queremos hacer es salir por la puerta grande, mirar a los ojos a los uruguayos y que Uruguay sea más próspero, más justo. No tengo berretines de liderar la región, no soy de los que piensan en el mármol”, dijo el mandatario.
“En Uruguay hay pobreza, hay frío, hay gente pasándola mal. Y esos son los que sufren más la pandemia (…) Por eso dijimos, ayudemos a ese que la está pasando mal. (…) ¿Estoy conforme? No, falta mucho”, apuntó, para explicar luego cuáles fueron los beneficios y aportes que se hicieron durante la pandemia. “Hacemos lo posible porque los recursos el Gobierno (anterior) los dejó bastante escasos”, puntualizó.
La periodista lo aplaudió (literalmente) tras explicar la rebaja salarial temporal para gobernantes y funcionarios públicos que ganaran más de 1900 dólares. En respuesta, Lacalle contó que en el período de transición, desde fines de noviembre, se puso a analizar los números y pensó en dar “una señal clara”. “Ya tenía pensada la posibilidad de un esfuerzo, sobre todo del sistema político, en su contribución al Estado. Cuando surgió la pandemia, se hizo el Fondo Coronavirus, que quedó separado del resto de los números”, apuntó.
“Los primeros que se enteraron de esta medida fueron los del sindicato de funcionarios del Estado. Les dije que la cosa estaba complicada e iba a tomar esta medida. Obviamente no estuvieron de acuerdo, pero las acciones posteriores no fueron contra al Gobierno. Hubo disconformidad pero se entendió finalmente que era un esfuerzo que el Estado debía hacer”, afirmó.
Herencia maldita
Elogió la transición en Uruguay y contó que en ese lapso se reunió con Tabaré Vázquez sin que las diferencias políticas afectaran las personales. “Nos sacamos unas pocas chispas, porque la verdad que no valía la pena. Uruguay no cambia una mitad por otra. Cambia un Gobierno por otro, los proyectos, los programas, los procesos, pero se construye sobre algo que se viene construyendo hace 200 años. Todos los Gobiernos que han pasado algo bueno dejan. Algunos dejan más malo que bueno, pero algo dejan”, puntualizó.
Cuando Canosa le preguntó si era pro-vida, por su oposición a la ley de interrupción voluntaria del embarazo y declaraciones recientes al respecto, respondió: “No creo que haya ningún gobernante del mundo pro-muerte, Todos tenemos como cuidado esencial la vida. El reconocimiento de la vida desde la concepción no lo digo yo, lo dice la ciencia y la ley. Yo voté en contra porque nuestro país ya preveía en el Código penal eximentes del delito del aborto. Pero es ley y la ley la voy a respetar. Porque se intentó derogar la ley y no se llegó al porcentaje. Hay que trabajar fuertemente en métodos anticonceptivos, educación sexual y tenemos que fortalecer y agilitar las leyes de adopción”.
Sobre la regularización de la venta de marihuana, dijo que su proyecto, presentado en 2010, preveía el autocultivo, pero luego asumió José Mujica y generó una legislación “que tiene el autocultivo pero con cabeza muy conservadora, cerrada, con registro, y un sistema que no comparto, que es la venta en farmacias, que tenía como fin combatir el narcotráfico y lo que ha pasado es que el narcotráfico ha crecido, no ha bajado el consumo y se sigue vendiendo la droga ilegal”.
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