Henry Albornoz: “Es posible que haya una circulación comunitaria del virus más intensa”

Henry Albornoz: “Es posible que haya una circulación comunitaria del virus más intensa”
El infectólogo no lo señala por el brote en Médica Uruguaya, sino por cuatro positivos, asintomáticos, detectados con los test a quienes ingresan a una internación.

Una embarazada, a término, llega al hospital para dar a luz. Otra joven, también gestante, llega para una cesárea. Un hombre sufre un golpe en la cabeza y es trasladado a la emergencia. Otro señor tiene una descompensación, de una patología previa, y es hospitalizado. ¿Qué tienen en común estos cuatro casos? Los cuatro dieron positivo de COVID-19, los cuatro eran asintomáticos y los cuatro fueron detectados en los tests preventivos (esos que se hacen antes de cada internación) en la Médica Uruguaya.

El hallazgo, que en buena medida surge tras el cambio de ordenanza que obliga a hisopar a todos aquellos que ingresan a una internación, da cuenta que “es posible que haya una circulación comunitaria (del virus) más intensa de la que se venía reportando”. Así lo entiende el infectólogo Henry Albornoz, responsable de la gestión de crisis de la Médica Uruguaya.

Y no lo dice por el brote que ocurrió en ese prestador de salud, foco que “viene en progresivo control” y que solo ha evidenciado, tras seguir las cadenas de contactos, un único positivo en tres días.

En su corta historia, COVID-19 había dado a los científicos dos advertencias: se contagia mucho y, en una cifra significativa de pacientes, a veces no genera síntomas. Esa doble condición era una combinación perfecta -como el fósforo encendido en un charco de queroseno- para que una chispa silenciosa pudiese avivar un incendio.

Albornoz, uno de los referentes en el país en el seguimiento de la pandemia, dijo que es probable que los casos que no se estaban detectando estén centrados en población joven, asintomática, o con síntomas leves por un período muy corto “por lo que toleran bien los síntomas y son interpretados como una lesión leve, banal, transitoria”.

Uruguay llevaba realizados, hasta ayer, 109.311 tests. Eso lo convierte en uno de los países con mejor relación entre examinaciones por cantidad de contagiados y de fallecidos. En este sentido, explicó el infectólogo, “no es que ahora” se encuentran casos porque antes no se hacía un esfuerzo de identificación. Pero sí, aclaró, “la estrategia de tamizaje” a la entrada de los hospitales “hace más probable” la detección de nuevos pacientes positivos.

Coronavirus. Foto: AFP

Coronavirus. Foto: AFP

¿Cuán significativa es esa circulación comunitaria? Esa es la pregunta que médicos y científicos aún no han logrado desentrañar. Según Ernesto Mordecki, coordinador del grupo de científicos que se especializa en el modelaje matemático y la proyección de la pandemia en Uruguay, “se están haciendo esfuerzos enormes, pero el riesgo de pasar a una fase en la cual, tras un tiempo de investigación no se encuentra el hilo epidemiológico y el antecedente de exposición, es real”.

Tan real que, según este matemático, “es probable que en Uruguay estemos en el borde (entre una fase y la otra), pero no sabemos de qué lado estamos”.

Casos en Médica Uruguaya.

La Médica Uruguaya atiende a casi la décima parte de la población uruguaya. Eso, más un sesgo en una población joven, en edad fértil, se traduce en que, cada día, nacen en la institución entre 13 y 14 niños.

Pero esta semana, dos nacimientos fueron noticia (para el común de los mortales, no así para los médicos que veían que era un escenario probable, esperable, y para eso se han preparado): dos gestantes habían dado positivo de COVID-19.

“Nos habíamos preparado para la eventualidad de esta situación y hoy podemos decir que nacieron dos niños sanos: uno ya está en su casa junto a su madre y otro que nació por cesárea esta tarde (por ayer) está junto a su madre internado”, puntualizó Mario Moraes, jefe de Neonatología de la Médica Uruguaya.

Sede central de Médica Uruguaya, en el barrio Tres Cruces. Foto: Fernando Ponzetto

Sede central de Médica Uruguaya, en el barrio Tres Cruces. Foto: Fernando Ponzetto

El bebé que ya está en su casa, dio negativo a COVID-19. Sus padres habían decidido que las primeras horas de ver la luz, el recién nacido estuviese separado de ellos porque se acababan de enterar que la madre era portadora de la enfermedad. Pero luego, tras evaluar el bajo riesgo de contagio en una madre asintomática, optaron por irse de alta a domicilio todos juntos.

En el caso del otro bebé, aún no está el resultado del hisopado. Pero, aclaró el jefe de Ginecología, José Carlos Fagnoni, “la decisión la asume la familia y si se cumple con las instrucciones, con el correcto lavado de manos, de barreras protectoras, el riesgo de transmisión es muy mínimo”.

La comunidad científica aún discute si existe la infección vertical: de la madre al hijo cuando está en el útero. Salvo por dos casos que generan dudas a nivel internacional, Moraes dijo que “no se ha reportado una transmisión de ese tipo”.

Ambas mujeres embarazadas que dieron positivo, como así las dos personas también asintomáticas que entraron por emergencia, no están vinculadas (a priori) al brote que había ocurrido en ese centro de salud.

La Médica Uruguaya lleva realizado unos 3.000 hisopados y, si bien aguarda los resultados de la secuenciación del genoma del virus para tener más certeza y descartar algunas hipótesis, todo hace pensar que la introducción de la cepa que causó el brote en el quinto piso había sido “entre el 20 y 25 de junio”.

Ese brote llevó a más de 500 cuarentenados y al menos 35 funcionarios dieron positivo (aunque no afectó la operativa en un prestador que cuenta con 6.800 empleados).

A veces con una conexión epidemiológica clara, y a veces sin contacto aparente, el mes de julio se ha caracterizado por focos en centros de salud (con énfasis en Montevideo).

De hecho, de los 19 casos nuevos que ayer reportó el Sistema Nacional de Emergencias, siete corresponden a brotes originados en centros de salud y cinco al brote registrado en Bella Unión.

Tres de cada diez personas que hoy cursan la enfermedad en Uruguay, son funcionarios de la salud (70 de 235 activos). Y si bien era un escenario “probable” por el riesgo de exposición y por la evidencia internacional, el grupo de científicos que asesora a Presidencia había advertido de la “sensibilidad” de esta población en particular.

Por eso, y porque la pandemia sigue en curso, el director de sanatorio de la Médica Uruguaya, Jorge Coppola, pidió redoblar los cuidados, la higiene, el distanciamiento y “evitar las reuniones”.

Diario El Pais

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