“Acá seguramente hay causas culturales y sociales pero, sin duda, también hay una raíz educativa y eso no hay que soslayarlo”, manifestó el ministro de Educación
Tras los hechos de violencia ocurridos esta semana en tres liceos y la UTU Pedro Figari, el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, advirtió a Telemundo que la violencia entre jóvenes crece desde hace unos años y lamentó que ahora suceda en centros educativos. El jerarca dijo, además, que hay “una raíz educativa” en este fenómeno.
“Es algo preocupante, que nos tiene que movilizar y que nos tiene que poner en búsqueda de respuestas. No está bien que pase y de ninguna manera tenemos que aceptar acostumbrarnos a algo por el estilo”, aseguró Da Silveira.
“Este fenómeno de la violencia juvenil no empezó esta semana, viene creciendo y alimentándose en los últimos años. Pasa en los locales de fiesta, en los barrios, en algunos escenarios deportivos. Hasta ahora no había pasado en esta magnitud en los centros educativos y eso agrava las cosas”, reconoció.
Este viernes circularon por redes sociales videos de alumnos del Liceo 1 de Las Piedras que protagonizaron una pelea en el centro educativo y continuaron en la plaza de la ciudad. A su vez, un joven de 19 años agredió con una herramienta a una compañera de 16 años durante una clase en la UTU Figari.
El mismo día la Policía reforzó la seguridad en inmediaciones del liceo Juan Zorrilla tras un enfrentamiento entre jóvenes y amenazas que circularon por redes sociales. Los incidentes incluyeron a estudiantes también del liceo Nº5 José Pedro Varela, que está ubicado a pocas cuadras del otro centro educativo.
“Es un proceso que viene profundizándose que, sin dudas, tiene causas múltiples y complejas. Espero que si algo bueno puede traer todo lo malo que pasó esta semana es que los uruguayos como sociedad pongamos muy alto en la agenda este tema y empecemos a tomar medidas y a encarar el problema”, expresó.
Para da Silveira, “es también un tema de educación”. “Los fenómenos complejos siempre tienen causas complejas, nunca se explican por una sola causa. Acá seguramente hay causas culturales y sociales pero, sin duda, también hay una raíz educativa y eso no hay que soslayarlo”, manifestó.
“Hay muchos estudios en el mundo, incluyendo países desarrollados que muestran que hay un vínculo entre las limitaciones en el uso del lenguaje y la violencia. Cuando alguien está angustiado, frustrad o enojado y no consigue ponerlo en palabras lo que siente, una reacción frecuente es el recurso a la violencia”, señaló.
“Eso quiere decir que hay una raíz educativa en esto porque el uso del lenguaje, el aprender a servirnos de las palabras para describir, para expresar, para comunicar es algo que se aprende”, concluyó.
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