Las autoridades de la educación trabajan en protocolo de seguridad para garantizar el distanciamiento. Foto: AFP
Si bien no hay una fecha definida, el equipo de trabajo que estableció el presidente Luis Lacalle Pou entiende que se tienen que seguir dando “pasos cortos”, pero constantes.
La salud es lo central en toda discusión vinculada al coronavirus en Uruguay. Pero para el gobierno también es una urgencia definir la vuelta a las clases presenciales de los escolares. Las autoridades sostienen que de ninguna manera se puede dar por perdido el año escolar y que, si se sigue postergando el reintegro a las aulas, los perjuicios para los niños pueden ser mayores.
Por eso el grupo de expertos científicos, en conjunto con el Poder Ejecutivo y las autoridades de la educación, trabajan en un cronograma de reintegro a clases que aún no tiene fecha. Es decir: están definiendo cual será el orden de retorno paulatino que tendrá su primer mojón en el interior del país.
La principal preocupación pasa por los escolares. Por un tema de edad son los más complejos de controlar, sobre todo para que cumplan con las medidas de distanciamiento. Pero también se estudia la vuelta a las aulas de liceales y universitarios.
Si bien aún no hay una fecha concreta definida, la idea es que los escolares comiencen de forma paulatina con la educación presencial antes de las habituales vacaciones de invierno. Lo que sí está claro es que estas vacaciones no se realizarán, ya que la idea es recuperar parte del tiempo de dictado de clases presenciales perdido. Así lo adelantó el viernes el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, en una entrevista con Telenoche de Canal 4.
El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, encomendó al equipo de expertos dar pasos cortos: “Constantes pero cortos”, es la orden del primer mandatario.
Por eso el método de avance es el siguiente. Analizan un sector específico para volver a la llamada “nueva normalidad”, deciden, y con el paso del tiempo estudian cómo fue la vuelta. Con el cierre de los datos científicos -que comprenden estudios médicos, económicos, y sociales- se definen nuevas aperturas.
Hasta el momento el gobierno definió solo tres grandes pasos, o “pasos arriesgados”, como los llaman en la interna. La construcción fue el primero, las escuelas rurales fue el segundo, y el último fueron los comercios en el Centro de Montevideo.
Varios cientos de escuelas rurales están dictando clases presenciales a lo largo de todo el país con excepción de Canelones. Foto: Leonardo Mainé
Varios cientos de escuelas rurales están dictando clases presenciales a lo largo de todo el país con excepción de Canelones. Foto: Leonardo Mainé
La urgencia -así lo definen en el equipo de gobierno de Lacalle Pou- ahora pasa por las clases escolares. Es que las autoridades sostienen que si no hay un horizonte de vuelta a clases presenciales en el mediano plazo, un mes o mes y medio, el perjuicio para los niños es significativo.
Es por eso que el ejemplo de Paraguay se coloca en la discusión del gobierno como una estrategia a evitar de plano. En ese país se definió que hasta diciembre no se vuelve a las aulas, y para el equipo de Lacalle Pou eso es dar por perdido el año lectivo.
De todos modos, si este año queda parte del programa por dictar, se complementará en el año siguiente. Aún está a estudio el impacto de la vuelta de las escuelas rurales, y esta semana el grupo de expertos tiene planeado analizar el tema y redactar un informe que se entregará al presidente Lacalle Pou.
Incluso entienden que con la vuelta a la actividad de los funcionarios públicos y otros sectores, los padres necesitan tener activos a sus hijos en escuelas y colegios. Pues de lo contrario se pueden generar mayores dificultades.
En esa línea, parte del análisis que está en la agenda del gobierno es que si en la vuelta a clases se da algún caso de COVID-19, es factible aislarlo y no afectar la educación de todo un colectivo más amplio.
“Me parece que no podemos darnos por vencidos. Lo que habrá son menos vacaciones. Yo sé que los niños que escuchen esto no van a estar muy contentos. Pero no vamos a dar el año por perdido”, dijo el presidente Lacalle Pou semanas atrás. Y esa es la orden del jefe de Estado para quienes trabajan en el tema.
Falta una fecha. Las autoridades de la educación, apoyadas de los expertos, se aprontan para que los escolares vuelvan dentro de la nueva normalidad.
Molestia en los sindicatos educativos
En la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM) reclaman al gobierno participar de los ámbitos de negociación de las pautas para el regreso de las clases en todo el país. También preocupa que desde el gobierno se adopten medidas distintas para casos muy similares en los que se han detectado casos positivos de coronavirus.
La secretaria general de la FUM, Elbia Pereira, dijo a El País que por ejemplo en Treinta y Tres (con casos de COVID-19 ya confirmados) se cerraron las escuelas rurales, mientras que en Rivera (se confirmó la semana pasada el primer caso) los centros escolares deben abrir sus puertas y no se hisopará a maestros ni funcionarios, según informaron ayer a la federación desde el Consejo Directivo Central de la ANEP.
Los centros comerciales se aprontan para junio.
Los shoppings trabajan en un protocolo para poder definir la fecha de reapertura en condiciones seguras y así evitar el contagio del coronavirus. Ayer, el presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios, Julio César Lestido, dijo que todavía no está definida la fecha de reapertura de los centros comerciales.
De todas maneras, una fuente de los shoppings confirmó a El País que la reapertura no sucederá antes de la última semana de mayo. En tanto, la fecha del Día de la Madre se corrió para el 14 de junio para “darle mayores garantías y tiempo para que todos los comercios puedan estar en condiciones de aplicar el protocolo”.
Para esto se están asesorando con médicos infectólogos y tomando como referencia los protocolos preparados por las cámaras de los shoppings de Argentina, Colombia y Alemania. Los shoppings anunciaron sobre el 17 de marzo el cierre de sus locales por tiempo indeterminado. Esto excluyó los supermercados y la terminal de ómnibus en Tres Cruces.
Lestido afirmó que los comercios en todo el país “están en un 75% abiertos” y que se hizo un relevamiento sobre la primera semana de apertura para evaluar los niveles de ventas. Arrojó que “ha sido variado”. “Las ventas se han comportado con un funcionamiento aceptable”, dijo en primera instancia a la espera de la evaluación del relevamiento.
Mientras tanto, algunos gimnasios y canchas de fútbol que abrieron sus puertas al público, instrumentaron algunas determinaciones para que los clientes no propaguen la enfermedad. “No sonarse la nariz en lugares comunes”, “agendar online el cupo para ir a la clase” y “vestuarios cerrados” son solo algunas de las medidas que se adoptaron.
Fuente: www.elpais.com.uy
Autor: Pablo S. Fernández