Ángeles Durán aprovechó un vacío legal y consiguió un acta notarial que la declara propietaria del astro rey. Por ello, además, quiere cobrarle a la humanidad por el uso de la luz solar.
En los últimos días, se viralizó la historia de Ángeles Durán, la mujer española que asegura ser dueña del Sol y reclama un beneficio económico por eso. La protagonista, de la ciudad de Vigo, es psicóloga, escritora y abogada. Gracias a esto, descubrió e intentó aprovechar un vacío legal en la propiedad de la estrella.
Todo comenzó cuando Durán se encontraba investigando para escribir uno de sus libros. Así fue como llegó a conocer la historia de Dennis Hope, un estadounidense pionero en la venta de terrenos extraterrestres que aseguró haber encontrado un vacío legal para reclamar la propiedad de la Luna.
El reclamo se basa en el Tratado del Espacio firmado en 1967, que establece un marco jurídico para los cuerpos celestes. Entre otras cuestiones, en el artículo II menciona que ningún Estado podrá esgrimir la soberanía sobre ninguno de ellos: “El espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, no podrá ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera”.
A pesar de esa aclaración, Hope sostuvo que no hay ninguna prohibición para individuos y eso mismo esgrimió Durán en 2010 para reclamar la propiedad.
Aunque el pedido es insólito, la abogada consiguió un acta notarial que la declara como la propietaria: “Propietaria del Sol, estrella de tipo espectral G2, que se encuentra dentro del sistema solar, situada a una distancia media de la Tierra de unos 149 millones 600 mil kilómetros aproximadamente”.
Luego de haber conseguido ese respaldo legal, comenzó a vender parcelas del Sol en eBay. Sin embargo, la empresa le prohibió hacerlo porque consideraron que no se trata de un bien tangible ni transportable. Molesta por eso, Durán no se quedó de brazos cruzados y realizó una demanda contra el sitio, que finalmente no prosperó.
Más allá de esto, la disputa judicial continuó por otros carriles. Un grupo de personas decidió reconocerla como propietaria del Sol y la demandaron por los daños que genera en la piel. Estas presentaciones judiciales tampoco avanzaron.
Sin desmotivarse por las dificultades y después de muchos años intentando hacerse con el control de la estrella, en noviembre de 2021 volvió a la carga. Según explicó, su intención es cobrar un impuesto a la humanidad por el uso del Sol.
En su argumento asegura que lo que hizo es totalmente legal y que simplemente se le ocurrió primero que al resto. Además, lo compara con la situación de las empresas que utilizan los ríos.
Del supuesto dinero que tiene pensado cobrar a toda la población mundial por la luz solar, hay una distribución en su destino. El 50% de ese ingreso estaría destinado al Estado español, mientras que la mitad restante se dividiría entre un fondo de pensiones del país europeo, una investigación científica y sus fondos personales.
Este no es el único antecedente legal curioso de Durán: en 2008 registró el grito de Tarzán y en 2012 denunció a la Sociedad General de Autores y Editores por los derechos de autor que no cobró. Esta demanda también fue desestimada por la Justicia.
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