El mandatario ya mira hacia 2024 y contó que uno de sus anhelos es pasarle la banda a alguno de los partidos que forman el gobierno nacional.
La prioridad para 2022 es empezar el recorrido hacia la erradicación de los asentamientos. Así se los dijo el presidente Luis Lacalle Pou a muchos de los integrantes de la coalición en un asado en la noche del miércoles en la Residencia de Suárez y Reyes. El jefe de Estado les adelantó que el Poder Ejecutivo trabajará para desplegar un plan de vivienda a nivel nacional que permita regularizar al menos un asentamiento por departamento.
Lacalle Pou les informó a los legisladores de los cinco partidos de la coalición de gobierno que 2022 es un año central en su mandato. Por eso les pidió a senadores y diputados que trabajen con dedicación y unidad, más allá de las diferencias internas que puedan existir, y que se han potenciado en el Parlamento en los últimos tiempos.
Minutos más tarde de las 20 horas, y luego de varias charlas informales, el presidente convocó a todos los invitados a la barbacoa.
“Bueno, el que no pasa se queda sin cargo. Vamos que estoy rematando los últimos lugares que quedan”, bromeó Lacalle Pou e invitó a los legisladores a entrar al lugar, contaron a El País varios de los presentes en Suárez y Reyes.
Lacalle Pou fue el único orador y a su lado se colocó la vicepresidenta Beatriz Argimón. Luego lo que hubo fue varias charlas informales. También participó el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado.
Los dirigentes de Cabildo Abierto llegaron al Prado visiblemente nerviosos, ya que un rato antes en el Parlamento habían vuelto a mostrar diferencias con el Poder Ejecutivo luego del veto presidencial a su proyecto de ley forestal, el que antes habían logrado aprobar con el apoyo del Frente Amplio. Distintos dirigentes blancos se encargaron de advertir que la reunión era de confraternidad, y que lo sucedido ya había quedado en el pasado.
Pero fue Lacalle Pou quien dejó claro que no había cuentas pendientes. Dijo que ya había hablado “con el general (Guido) Manini Ríos” -así le dice al senador y líder de Cabildo Abierto- y que habían dejado claras sus contrapuestas visiones en cuanto a la forestación. “Votamos separados pero acá estamos todos juntos”, dijo el mandatario a los presentes y pidió seguir así hasta el final.
“Si hay que chivear, vamos a chivear”, acotó el presidente, habilitando a cada partido socio de la coalición a salir a marcar perfil, pero pidió que esto sea cuidando la unidad de la coalición.
El mandatario insistió en que si algún dirigente entiende que tiene que desmarcarse de la posición oficial del gobierno, y lo hace con respeto y defendiendo sus principios, lo puede hacer. “Se va a aceptar. Lo importante es estar juntos”, comentó.
El presidente, además, dejó su pronóstico político de cara a las próximas elecciones de 2024: dijo que la transición la quiere hacer con alguno de los que estaban presentes en el asado.
“La banda se la quiero pasar a alguno de los partidos de la coalición”, añadió y mencionó, además del Partido Nacional, al Colorado, Cabildo Abierto, el Independiente y el De la Gente.
Tras esto, dijo que el referéndum contra la ley de urgente consideración (LUC) es importante, pero opinó que no se discutirá sobre los 135 artículos sino que será un plebiscito contra el gobierno.
Lacalle Pou espera que el gobierno logre un triunfo y que gane el “No”. De todos modos, advirtió que la contienda estará peleada y que los resultados serán muy “justos”.
Incluso, el presidente advirtió que el margen sería menor al conseguido por la suma de todos los partidos de la coalición ante el Frente Amplio en octubre de 2019 (54% contra 39%).
“Si ganamos tenemos un capital” para potenciar la carrera a 2024, comentó el mandatario. No habló de una eventual derrota, y dedicó apenas un par de minutos al referéndum. Eso fue tomado por varios legisladores blancos y colorados como una forma de quitarles presión ante la contienda electoral, en la que ingresan como favoritos según todas las encuestas de opinión pública.
En su discurso, el presidente comparó la despedida de 2021 con la de 2020, cuando Uruguay vivía una emergencia sanitaria con fronteras cerradas, sin temporada de turismo, sin vacunas y con el crecimiento exponencial de casos de COVID-19. “Hoy es otra historia”, dijo. Y pidió aprovechar el escenario y salir a cosechar logros.
También hizo referencia a los números de popularidad del gobierno y de su gestión. “Es un activo”, comentó y pidió aprovechar ese caudal para salir a conversar con la ciudadanía y redoblar los esfuerzos políticos.
El encuentro se estiró luego en charlas informales para planificar estrategias departamentales por partido. Los últimos invitados se retiraron minutos antes de las 23 horas.
El senador Manini Ríos interrumpió una charla informal de Lacalle Pou con otros legisladores para saludarlo y despedirse. “Presidente, me retiro”, le dijo estrechándole la mano. “Gracias, general”, le respondió el mandatario con una sonrisa.
Diario El Pais – Foto: Leonardo Mainé.