El Ministerio de Salud Pública (MSP), en sintonía con la nueva evidencia sobre cómo se transmite el nuevo coronavirus, autorizará el cambio en el protocolo sanitario de las escuelas, liceos y UTU.
La distancia física entre los alumnos, dentro de los salones de clases, será una recomendación, pero dejará de ser una obligación. El Ministerio de Salud Pública (MSP), en sintonía con la nueva evidencia sobre cómo se transmite el nuevo coronavirus, autorizará el cambio en el protocolo sanitario de las escuelas, liceos y UTU. La cartera sigue aconsejando el distanciamiento -siempre que sea posible-, las medidas de protección personal -como el uso de tapaboca- y ahora pone el acento en la ventilación de los espacios cerrados.
El presidente del Codicen, Robert Silva, había solicitado esa flexibilización. Por la rigidez del protocolo sobre la distancia física de un metro, en más de la mitad de los centros de enseñanza media los grupos estudiantiles no caben enteros en las aulas y se hace imposible la presencialidad plena.
En el último trimestre del año pasado, cuando se discutió el acortamiento de la distancia, las autoridades incorporaron un concepto: “gestión del riesgo”. El término no tuvo demasiada aceptación en ciertos inspectores y directores. Algunos -en especial aquellos que no querían apartarse ni un milímetro del protocolo- cuestionaron que no existiera un “criterio claro y universal”. Parte del temor era que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aún dudaba sobre cuál era la principal vía de transmisión del nuevo coronavirus.
Pero el paradigma cambió. El SARS-CoV-2 suele “viajar” en las pequeñas partículas de aire (aerosoles) que se exhalan y que quedan suspendidas en el ambiente. Eso hace que los contagios sean más frecuentes en espacios cerrados, mal ventilados, con aglomeración de personas y sin protección.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés) recomienda que, en su regreso a las clases el próximo otoño del hemisferio norte, en las escuelas se mantenga al menos un metro de distancia entre los alumnos combinado con el uso de mascarilla. “Cuando no es posible mantener una distancia física de al menos un metro”, aclara el CDC, “como cuando las escuelas no pueden reabrirse por completo mientras se mantienen estas distancias, es especialmente importante aplicar varias estrategias de prevención en capas, como uso de mascarilla en los salones y la ventilación”.
El MSP interiorizó el concepto y en las nuevas disposiciones hizo énfasis en la ventilación. De hecho, en las recomendaciones para la vuelta a la presencialidad en las oficinas públicas se resalta: “Dado el demostrado riesgo de transmisión por aerosoles es fundamental realizar tareas de ventilación frecuente de las instalaciones asegurando la renovación con corrientes de aire en forma regular y sistemática”.
Fabiana Carbajal, directora de Servicios Médicos de la ANEP, explicó que “todavía no hay un cambio formal en el protocolo (eso depende del visto bueno que hoy le darán las autoridades en la sesión ordinaria), pero sí hay recomendaciones que van en este sentido: siempre es bueno dejar las ventanas un poco abiertas y la puerta para que se genere la ventilación cruzada”.
Carbajal fue a dos escuelas a medir los niveles de dióxido de carbono en el ambiente. El exceso de ese gas es un indicador de que al aire está viciado y es necesario ventilar. A través de ese tipo de pruebas, los médicos van ajustando las recomendaciones.
Para estos días de frío -ola polar mediante-, la especialista explica que “no es necesario dejar las ventanas abiertas de par en par, pero sí un poco abiertas, ir bien abrigados y aprovechar los recreos para regenerar el aire”.
Diario El Pais – Foto: Fernando Ponzetto.