Un tercio del país sigue al partido político que creó. Se comparta o no sus ideas, Oribe merece mejor tratamiento que el que ha recibido en Salto. Lo planteo desde la avenida que con pretensión de homenaje, recibió su nombre. “Avenida Manuel horrible”, llegó a satirizarla el actual intendente en algún discurso de su primera campaña departamental. Posiblemente tenía razón, porque el anterior gobierno (multipartidario), había malgastado millones de pesos en una obra fracasada, que desde antes de la inauguración presentaba anomalías que con el tiempo se transformarían en desastre. Recuerdo mis críticas a la realización de la Oribe, que obviamente fueron acalladas por la aprobación de la obra que hizo el gobierno nacional (del FA) desde la OPP.
No se debe ser rencoroso y menos quien se auto considera orgullosamente político: tiene que encontrar soluciones a los defectos que percibe. Recuerdo haber conversado con el ya intendente Lima, planteándole que debía comprometer a la empresa constructora Ramón Álvarez S.A. a la reconstrucción de lo que obviamente había hecho mal. No sé qué pasó, pero todo hace indicar que fue el pueblo de Salto que volvió a pagar la Oribe, ahora los remiendos. En 2017 las crónicas oficiales recogen declaraciones del mismo intendente, sobre las inversiones a volcar para los arreglos. Habló de 26 millones de pesos debido a qué “después de casi 22 meses de gestión, en un tiempo en que por dos veces se le dio la posibilidad a la empresa que hizo la obra durante la administración anterior, de repararla, resolvimos comenzar a trabajar en este acceso a la ciudad con personal de la Intendencia. Son cinco kilómetros de extensión aproximadamente…”. Respetuosamente digo yo: fui gobernante y sé que algunas empresas no arreglan, si no se les reclama legalmente, a no ser que lo cobren de nuevo.
Otra vez Salto pagó: hay fotos en la página de la Intendencia de camiones y maquinarias, gastando más plata de los salteños. Si en gobierno de Coutinho la mayor cifra vino de OPP y en el 2017, parte también, no se trata de regalos, sino de Fondos de Desarrollo del Interior, propiedad del Pueblo de Salto que podrían haber ido, por ejemplo, a un proyecto para hacer un nuevo vertedero de residuos. Invertir no es lo mismo que gastar.
Lo que más amarga, por el brigadier Oribe y por los salteños, que la calle sigue siendo mala. No me lo contaron. La transito a menudo, y bacheos y tapadas de pozos no alcanzan. Hay largas extensiones de bajísima calidad, con desniveles, indignas de ser una entrada a la ciudad de Salto.
Lo que expreso no es por rencor: es otro llamado de atención a quienes administran el pueblo de todos nosotros. Está demostrado que no alcanza con videos y fotografías de gobernantes (o aspirantes) transitando calles, haciéndose publicidad personal con la tarjeta de la Intendencia. Hay que obrar!
Juan Pueblo quizás no presta atención a los gastos mal hechos, pero la conciencia de un ciudadano honesto, del partido que sea, debe reclamar transparencia.