Nueve meses después del famoso casamiento, la emprendedora afirma: “Yo creo que no contagié a nadie; a mí me contagiaron en el casamiento”.
Nueve meses después del casamiento que le generó una fama inesperada en todo el Uruguay y también en la región, tras ser diagnosticada como uno de los primeros cuatro casos de coronavirus en el país, la emprendedora Carmela Hontou habló sobre lo que sufrió en ese tiempo como principal chivo expiatorio de la pandemia.
En un informe de la CNN, realizado por Darío Klein, Carmela declaró: “Yo creo que no contagié a nadie; a mí me contagiaron en el casamiento”.
“Lo que me pasó fue muy fuerte, nunca creí que a esta altura de mi vida me fuera a pasar algo como lo que me pasó”, señaló.
Contó que llegó desde España en perfecto estado de salud y preguntó en el aeropuerto si había protocolo. Le dijeron que no había, porque el virus aún no estaba. Pasó el día con su madre y sus hijos y asegura que ninguno de ellos resultó contagiado hasta ese momento. Luego fue a la peluquería y finalmente al casamiento.
“Estuve dos horas en una mesa con seis personas, y nadie tuvo el virus. Había mucha gente que había llegado de viaje para ese casamiento, no era solo Carmela”, dijo.
Fue al final del día siguiente a la boda que empezó a sentirse mal y comenzó a pedir el test de coronavirus. “Todos se contradecían en el diagnóstico y me decían que no; tanto obligué que al último le dije que quería que me pusieran el test”, narró. Dijo que sospechando que podía estar infectada comenzó a avisar a todos aquellos con los que había tenido contacto. “Les dije que no salieran hasta ver el resultado”, afirmó.
Era consciente que al venir de Europa, al tener síntomas debía quedarse en casa. “Yo supe qué hacer. Me encerré en mi casa e insistí para ver qué pasaba conmigo”, afirmó.
Señaló que al ver lo que decía la gente solo pudo pensar en su maldad. “A mucha gente le gusta buscar un culpable. Viralizaron las cosas más dantescas de mí, que estaba la señora de mi casa en una emergencia conmigo. Todo era mentira”, afirmó. Agregó que solo comenzó a sentirse un poco mejor cuando los exámenes científicos demostraron que el virus ya estaba circulando en Uruguay desde febrero, con diversos orígenes.
“Yo quedé con un resentimiento con la gente que más conozco. Me pusieron en la plaza pública y me apedrearon. Yo perdí todo, cerré todos mis locales. Voy a salir adelante porque me siento fuerte y estoy con mis negocios buscando sacarlos a flote”, señaló.
“Esto va a quedar en la historia del Uruguay. ¿Quién va a ser la del coronavirus? Carmela. Gracias a que fui crucificada yo, se salvaron otros”, concluyó.
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