El rol de la pandemia, el incremento de los combustibles, y la posibilidad de que aumentara el supergás, como factores que pudieron intervenir en el escenario.
El próximo 1º de setiembre el presidente Lacalle Pou cumplirá exactamente un año y medio de haber asumido su mandato, casi todo el cual se ha desarrollado en un contexto de emergencia sanitaria por la pandemia por Covid-19. Según los datos de la última encuesta realizada por Equipos Consultores, algo menos de la mitad de los uruguayos (47%) aprueba la gestión de Lacalle Pou como presidente, 20% manifiesta opiniones intermedias, y 32% lo desaprueba (el restante 1% prefirió no opinar). De esta forma el presidente mantiene un saldo positivo de +15 puntos (proveniente de la resta entre juicios positivos y negativos).
Hasta el momento el presidente había mantenido niveles muy altos de apoyo de parte de la ciudadanía. Según Equipos Consultores, las últimas mediciones muestran algunas variaciones significativas. Aunque mantiene un saldo positivo, la aprobación cae por segundo mes consecutivo. La encuesta presentada este miércoles en Subrayado por Ignacio Zuasnábar fue realizada entre el 22 de julio y el 2 de agosto.
Mirados en perspectiva, los datos representan la segunda caída sucesiva en la aprobación presidencial. La comparación con los meses anteriores muestra una pérdida de aprobación de 8 puntos respecto a junio, y de 13 puntos respecto a mayo, y un aumento de la desaprobación de 4 puntos respecto a junio y de 8 respecto a mayo. Por lo tanto, en el último bimestre, y particularmente en el último mes, la evolución de los juicios sobre el desempeño presidencial ha sido negativa.
En una mirada más larga, también es significativo señalar que las opiniones actuales sobre el desempeño del presidente son las más bajas desde que asumió su gobierno (la evaluación mínima se había registrado en enero con 53% de aprobación). Además, es la primera vez que los juicios positivos sobre el presidente bajan del 50%, es la primera vez que los juicios negativos suben del 30%, y es la primera vez que la aprobación está por debajo del nivel de votación que tuvo Lacalle Pou en la segunda vuelta de noviembre de 2019 (49%).
Por tanto, Lacalle Pou llega a su primer año y medio en un clima de opinión de balance favorable respecto a su gestión, pero mostrando algunas erosiones en el último bimestre.
El contexto
¿Qué puede explicar esta caída? Dos elementos de contexto pueden ayudar a plantear hipótesis para entender esta variación, consigna el informe de Equipos Consultores.
En primer lugar: así como la pandemia “ayudó” a sostener altos niveles de apoyo al gobierno, quizá el “control” de la misma pueda amortiguar este efecto. Fue analizado muchas veces por Equipos Consultores el hecho de que la pandemia operó como un factor de alineamiento de la sociedad uruguaya con el gobierno (a quien se veía combatiendo contra un enemigo externo en una situación inesperada). Este efecto no fue exclusivamente uruguayo ni contemporáneo: se ha registrado muchas veces en la historia en situaciones de crisis de distinto tipo, como las guerras (en inglés este efecto se denomina “rally around the flag”). Entonces, en un contexto en que la pandemia está aparentemente controlada y comienzan a emerger otras preocupaciones, el efecto de alineamiento podría comenzar a atenuarse.
En segundo lugar, otro elemento de contexto puede sugerir una interpretación alternativa o complementaria. Las semanas en que se realizó la medición de julio (y también la medición anterior de junio), la agenda pública giró fuertemente en torno al incremento del precio de los combustibles, y de la posibilidad incluso de que se incrementara el precio del supergás. Estos aumentos generaron reacciones públicas diversas y pusieron al gobierno a la defensiva, en un tema sensible para la población, en el cual el presidente había hecho además énfasis durante su campaña electoral. ¿Pueden los aumentos de combustibles haber generado un impacto tan significativo en la opinión pública? La respuesta teórica es, sí: podrían. El tema es suficientemente sensible como para generar efectos de este tipo.
Por supuesto, también puede ocurrir que ambos factores influyan en simultaneo. Puede pensarse que el aumento del precio del combustible haya tenido efectos en la evaluación, precisamente porque coincide con el cambio de contexto asociado a la pandemia. Dicho de otra forma, en la medida en que el “alineamiento pandémico” se debilita, otros temas de la agenda comienzan a tener mayor influencia en los juicios sobre el gobierno.
La polarización de las opiniones
Es habitual en Uruguay, un país con identidades partidarias fuertes, que los juicios de las personas estén fuertemente influidos por estas en múltiples aspectos, y por supuesto también en la imagen presidencial. La encuesta de Equipos Consultores de julio ilustra este aspecto con claridad. Entre los votantes de la Coalición Multicolor, el presidente Lacalle Pou mantiene un nivel de aprobación muy alto (83%), y con desaprobaciones marginales (5%). En cambio, entre los votantes del Frente Amplio los juicios son fuertemente críticos (10% de aprobación y 68% de desaprobación).
De hecho, la pérdida de apoyo del presidente en el último bimestre proviene casi enteramente de la evolución negativa entre los votantes del Frente Amplio, que pasan de tener opiniones relativamente divididas sobre la gestión presidencial hasta mayo inclusive, a consolidar juicios más críticos en el último bimestre.
La existencia de diferencias de percepción entre ambos bloques no es llamativa, pero sí es llamativa su magnitud. Equipos construyó un indicador de polarización promediando las diferencias de las visiones de ambos bloques (gobierno y oposición), para poder comparar con otras épocas. Este indicador varía teóricamente entre 0 y 100, representando 0 opiniones idénticas entre ambos bloques, y 100 las máximas diferencias posibles.
En julio, el resultado del indicador fue 68, es decir un valor más cercano al máximo que al mínimo.
La comparación histórica de este indicador con otros momentos similares (cerca del mes 18 del ciclo de gobierno) muestra que efectivamente el Uruguay está en un nivel mayor de polarización sobre la gestión del presidente que en otras épocas. El valor de este indicador era de 38 a mitad de 2006 (primera presidencia de Vázquez), de 37 en 2011 (presidencia de Mujica) y de 42 en 2016 (segunda presidencia de Vázquez). El resultado actual es significativamente más alto que en aquellos momentos.
Por otra parte, la evolución en el corto plazo de este indicador muestra también una agudización de la polarización en los últimos meses. En el último bimestre la polarización pasó de 52 en mayo a 68 en junio. Ya en mayo era alta en perspectiva histórica (lo que muestra que esto quizá puede considerarse un rasgo de este período), pero se agudiza en junio y más aún en julio.
La comparación histórica
Más allá de la caída en los últimos meses, Lacalle Pou llega a su primer año y medio en un clima de opinión que continúa siendo favorable, incluso comparable al que tuvieron los presidentes mejor evaluados hasta el momento.
Tanto los presidentes del siglo pasado, y también Tabaré Vázquez en su último gobierno, habían llegado a este punto de su gobierno con climas decididamente desfavorables o, en el último caso, dividido con saldo negativo. El período de “luna de miel” había culminado abruptamente, o directamente había sido inexistente en muchos casos.
Las únicas excepciones hasta ahora habían sido los dos primeros gobiernos del Frente Amplio. Lacalle Pou se suma entonces a ese selecto club, con niveles de aprobación incluso levemente mayores al de aquellos, aunque también con algo más de desaprobación, por lo que el saldo neto era algo mayor en el caso de aquellos.
¿Qué esperar en los próximos meses?
La respuesta a esta pregunta depende, en parte, de la explicación que demos sobre la caída del presidente del último mes. Si esta caída está explicada fundamentalmente por el debilitamiento del “alineamiento pandémico”, esto probablemente implicaría que la “luna de miel” profunda y prolongada que ha tenido el gobierno (inédita en su duración desde que hay encuesta de opinión pública en Uruguay) podría estar terminando. Si, en cambio, se otorga más relevancia a la coyuntura asociada al aumento de los combustibles, no necesariamente hay que pensar que la caída tendrá efectos sostenidos. Perfectamente podría haber sido un efecto puntual producto del enojo social del momento, que se revierta (al menos parcialmente) en los meses siguientes. Esto obviamente no dependería solo de la evolución de los precios de los combustibles, sino del grado en que el gobierno logre dar respuestas satisfactorias a los desafíos de la sociedad uruguaya en los próximos meses.
Por otra parte, el contexto de probable inicio de una campaña electoral en torno al referéndum por la derogación de la Ley de Urgente Consideración, es más bien propicio a que la polarización de los juicios se mantenga elevada (no necesariamente tan elevada como en julio, pero elevada al fin).
FICHA TÉCNICA:
Los datos provienen de la última encuesta regular de Equipos Consultores, realizada con las siguientes características:
- Fecha de realización: 23 de julio a 2 de agosto.
- Método: encuesta a través de telefonía celular.
- Universo: personas de 18 años y más en todo el territorio nacional (urbano y rural).
- Selección: probabilística mediante RDD, con cuotas de sexo y edad en la selección final.
- Tamaño muestral: 500 casos efectivos.
- Margen de error máximo: 4,3% dentro de un intervalo de confianza del 95%.
- Ajustes muestrales: por región, nivel educativo, sexo, edad y voto anterior.
- Pregunta aplicada: “¿Ud. aprueba o desaprueba la forma en que Luis Lacalle Pou se está desempeñando como presidente?” (1. Aprueba 2. Ni aprueba ni desaprueba 3. Desaprueba 4. No sabe / no contesta).
- La encuesta regular de Equipos Consultores es financiada por múltiples clientes: partidos políticos, medios de comunicación, organizaciones sociales y organismos internacionales, entre otros.