“La idea generalizada fue de un FA en crisis, metido hacia adentro, en pleno proceso de autofagocitación”, dicen sobre el último quinquenio.
El sector frenteamplista Fuerza Renovadora, que lidera el senador Mario Bergara, elaboró un documento para aportar al proceso de autocrítica, balance y perspectivas del partido de izquierda.
El escrito de 15 páginas será un insumo para el plenario que llevará adelante la fuerza política el próximo sábado 17 de octubre entre militantes y dirigentes.
El documento comienza destacando que los tres gobiernos frentistas fueron “razonablemente exitosos”, y que algunos de los logros principales son la “disminución enorme de la desigualdad social y la pobreza, el crecimiento económico sostenido que incluyó una mejora constante del salario real y las pasividades y un ciclo de conquista de derechos para los trabajadores y diversos colectivos vulnerables y discriminados”.
Hay un destaque al primer gobierno de Tabaré Vázquez, donde sostienen que hubo “una amplia agenda de reformas estructurales con resultados positivos en prácticamente todas las áreas de la vida nacional”.
Sobre el segundo gobierno se recalca “la importante movilización social con la consagración de una agenda de derechos de nueva generación” pero menciona “importantes desacomodos en ANCAP” y “grandes proyectos finalmente frustrados”, como el Puerto de Aguas Profundas, Aratirí, el tren de los Pueblos Libres o la planta regasificadora de Gas Sayago.
En el tercer quinquenio la agenda progresista “padeció de un claro debilitamiento”: “La economía refrenada generó un obvio malestar, el decreto de esencialidad en la educación -herida profunda e innecesaria-, sumado a un alejamiento grande del interior y la incomprensión del fenómeno Un Solo Uruguay, conforman hitos que se reflejaron en pérdida de adhesión partidaria”.
Además, se hace una mención al “tortuoso proceso que culminó en la tardía renuncia del vicepresidente de la república (Raul Sendic) y en la aún más tardía resolución de la fuerza política a partir del dictamen del tribunal de conducta política sobre sus faltas a la ética”.
También se menciona errores en política exterior: “Cometimos el error de no enunciar, o no hacerlo con la fuerza y la determinación suficiente, una clara condena a la violación de derechos humanos en países gobernados por fuerzas con las que en algún momento tuvimos explícitas afinidades. Gobiernos que en la actualidad abandonaron el respeto por los marcos democráticos que les permitieron acceder al poder como en los casos de Venezuela y Nicaragua. Eso nos quitó credibilidad y lastimó la confianza ante buena parte de la población”.
Fuerza Renovadora indica que hay un “problema transversal a los tres gobiernos”, y que refiere a la política de defensa y al vínculo con las Fuerzas Armadas. “La crítica central pasa por la falta de capacidad para establecer una transformación doctrinaria que se apartara definitivamente del marco de la Seguridad Nacional, modificando sustantivamente la formación de las nuevas generaciones de oficiales”, expresa el documento.
El sector también menciona que hubo “notorios avances en materia de memoria, verdad, justicia y derechos humanos en el pasado reciente”, pero que los resultados son “aún insuficientes”.
La labor de Miranda y un FA “en pleno proceso de autofagocitación”
Con respecto a la dirigencia del partido, Fuerza Renovadora recuerda que Javier Miranda inició su labor como presidente del partido con el respaldo de menos de la tercera parte de los votantes (30,1%).
“Toda esta situación hizo muy dificultosa la consolidación de la conducción política del Frente. La estructura partidaria se estancó y no hubo capacidad de conducción política real y efectiva ni durante el último gobierno ni en la campaña electoral. La imagen del Frente Amplio hacia la sociedad fue de debilidad, de falta de liderazgo y carencia de visión estratégica. De una escasa presencia en la agenda pública que generó incertidumbre tanto interna como hacia afuera”, critican.
Agregan, a su vez, “desavenencias en la bancada legislativa”, marcada por el quiebre de la disciplina partidaria que llevó a perder la mayoría parlamentaria, “las conductas antifrenteamplistas” y el alejamiento de dirigentes hacia partidos de la oposición.
“La idea generalizada fue la de un Frente Amplio en crisis, metido hacia adentro, en pleno proceso de autofagocitación”, señalan.
Campaña sin sintonía y “exceso de optimismo” en Martínez
Por último se refieren a la campaña electoral de 2019, y señalan que “resultó dificultoso identificar claramente dónde estaba la dirección y la línea estratégica de la campaña” y que la forma de comunicar fue “débil e ineficiente”.
“Faltó sintonía en el discurso de los dirigentes. Mientras unos defendían la prioridad de ganar para asegurar y profundizar las transformaciones construidas, otros le restaban trascendencia a perder, en lo que parecía ser una justificación a priori de un resultado adverso”, agregan.
“La falta de visión estratégica del Frente Amplio en su conjunto, sumada a un posible exceso de optimismo del candidato presidencial, colocó a la fuerza política en un escenario totalmente aislado, sin posibles aliados, a la hora del balotaje”, sentencian.
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