Insuficiente no… Lamentable es la palabra justa para describir las respuestas del Gobierno Departamental en el llamado a sala al Intendente Carlos Albisu.
En priemer lugar en nada sorprende que el intendente siga escondiéndose y se niegue a dar la cara frente a los trabajadores.
Lo que sí indigna es la total falta de responsabilidad institucional de un Gobierno que se presentó a fundamentar el despido de 292 trabajadores sin preparación, sin argumentos jurídicos y llenos de contradicciones entre ellos mismos.
Sus propias palabras los dejaron al descubierto: los despidos fueron una decisión política, arbitraria e injusta, movida por el revanchismo y sin ningún sustento jurídico.
Lo dijeron ellos mismos.
Nunca hubo informes externos, ni asesoramiento jurídico independiente de ningún catedrático que avalara la supuesta “ilegalidad” o “inconstitucionalidad” del convenio.
Simplemente actuaron por impulso político, siendo juez y parte, transformándose en verdugos de los trabajadores.
Las versiones taquigráficas serán fundamentales para desnudar aún más la arbitrariedad del gobierno y su desprecio hacia la Ley de Negociación Colectiva y los convenios colectivos.
Lo que presenciamos es un atropello brutal a los derechos conquistados con años de lucha del movimiento obrero.
Un ataque directo a las herramientas que nuestro Estado de derecho construyó para equilibrar las relaciones laborales y proteger a los trabajadores.
El retroceso que pretende imponer el gobierno departamental es grave, peligroso y absolutamente inaceptable.
Frente a esta embestida contra los derechos de la clase trabajadora, nuestro sindicato no se callará, no se rendirá y no traicionará jamás la historia de lucha y sacrificio que nos trajo hasta aquí.
Seguiremos firmes, organizados y en pie de lucha, defendiendo cada puesto de trabajo y cada derecho conquistado. Convencidos que el reintegro de los trabajadores más temprano, o más tarde por la vías judiciales o administrativas será un hecho.
Lamentablemente las consecuencias la pagará el pueblo. El gobierno lo sabe pero es incapaz de reconocer su error.